viernes, 27 de mayo de 2011

MARGINACION MUNDIAL





La principal causa de la marginación mundial es el neoliberalismo, cuyos efectos se ven agravados por la globalización económica. No todos los lugares ni todas las personas están incluidas directamente en ella. En el caso de los que sí han logrado integrarse, no lo han hecho todos en igual grado.

QUE ES LA MARGINACION MUNDIAL
Algunos indicadores clave para medir la integración de la economía de cualquier nación son las exportaciones y las importaciones en términos del porcentaje del PIB, los flujos de inversión extranjera directa y de inversión en los mercados financieros, así como los flujos de pagos por regalías asociadas a la transferencia de tecnología.

La mayoría de la población y la mayoría de los territorios están excluidos, desconectados, ya sea como productores o como consumidores, o como ambos. La flexibilidad de esta economía global permite que el sistema en general conecte todo lo que sea valioso de acuerdo con los valores e intereses dominantes, en tanto que se desconecta todo lo que no sea valioso, o que haya llegado a devaluarse. Esta capacidad simultánea para incluir y excluir a las personas, los territorios y las actividades caracteriza a la nueva economía mundial tal como está constituida.


QUE HACE EL MUNDO AL RESPECTO


El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que, mientras la integración global está avanzando a gran velocidad y con alcance asombroso, la mayoría del mundo no participa de sus beneficios. Las nuevas reglas de la globalización, y los actores que las escriben, se centran en la integración de los mercados globales, descuidando las necesidades de las personas que los mercados no pueden resolver. El proceso concentra aún más el poder y margina a los pobres.

Los problemas de pobreza, marginación y dislocación social están ligados no a una falta de creación de riqueza en la economía global sino a una distribución altamente despareja de ésta y a la falta de reglas internacionales para lograr una distribución más justa de los ingresos y la riqueza.
Es así como es cada vez más evidente la diferencia entre los países desarrollados y los subdesarrollados o en vías de desarrollo. El sistema actual, en lugar de fomentar la igualdad entre las diversas naciones, profundiza el abismo existente entre las grandes potencias y el resto del mundo. De esta manera, los ricos son cada vez más ricos mientras que los pobres tienen cada vez menos posibilidades de mejorar su situación. Como expresaron Irma Roy y Eduardo Valdés, ex-diputados peronistas electos para la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en el artículo titulado "El trabajo, rehén del mercado":

"Su mecanismo [el del sistema] conduce a una agravación y no hacia una atenuación en la disparidad de los niveles de vida: los pueblos ricos gozan de un rápido crecimiento en tanto los pobres sólo logran un lento desarrollo."

El caso más claro de este tipo de marginación que se da entre países es el del continente africano, que no sólo sufre una exclusión del comercio internacional y un recorte en la ayuda que se le brinda, sino que además no posee la capacidad como para salir adelante por sus propios medios. Carece de recursos humanos, infraestructura, espíritu empresarial, capital y tecnología. La causa primordial del débil estado en el que se encuentra África es el colonialismo, proceso del que aún quedan notorias secuelas. Actualmente, no es ni siquiera considerada un negocio para las potencias sino que es directamente ignorada, vista como un caso perdido. Otras causas son la incompetencia de los gobernantes y la actitud de los nativos frente a la realidad que atraviesan. El evidente retraso de este continente respecto del resto del planeta repercute en la población creando un pesimismo que sacude a todo el territorio.

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